Patrimonio

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Declarado Bien Cultural de Interés Nacional (1963), el pueblo de Hostalric conserva uno de los legados monumentales más notables de la época medieval catalana y está protegido por la imponente fortaleza militar de época moderna.

Situado sobre un antiguo volcán, el antiguo castillo medieval de los vizcondes de Cabrera mantenía el control sobre el camino Real, a media distancia entre Girona y Barcelona. A partir del siglo XVII este se empezó a transformar para adaptarse a los nuevos tiempos y a las nuevas estrategias de defensa de la época moderna. Es por eso, que a pesar de encontrarnos una fortaleza, popularmente se conoce como el Castillo de Hostalric.

La fortaleza constituye el principal elemento identificativo del pueblo y, actualmente, es uno de los máximos exponentes culturales del siglo XVIII y uno de los escasos testimonios monumentales originados a raíz de la Guerra de Sucesión.

Con notable relevancia histórica durante la Guerra de la Independencia, fue una de las últimas plazas que abandonaron los franceses en el estado español

El Castillo de Hostalric, es una fortaleza militar construida sobre un terreno irregular con los típicos elementos defensivos de la época. Su galería a prueba de bomba está considerada como uno de los espacios más espectaculares del castillo y uno de los más singulares de Cataluña. La parte más alta ocupa el lugar del antiguo castillo medieval de los Cabrera y, actualmente, se destina a la celebración de eventos con posibilidad de alquilar estos espacios.

A través del Centro de Interpretación es posible realizar un viaje en el tiempo para conocer las funciones y transformaciones que este monumento ha vivido a lo largo de la historia.

A pesar de la reconstrucción del castillo, la Edad Media sigue presente en el pueblo de Hostalric. El recinto medieval ofrece rincones llenos de historia y singularidad. La espectacular muralla se alarga hasta 600 metros y en su recorrido se pueden encontrar diez torres excepcionalmente bien conservadas. Pasear por el camino de ronda de la muralla le puede transportar al esplendoroso pasado medieval de Hostalric, y subir al mirador de la torre de los Frailes promete recompensar con una de las vistas más espectaculares de toda la villa.

El color negro de la piedra basáltica con la que se construyeron la muralla, las torres y el castillo le otorga una personalidad única y una singularidad extraordinaria.

Para Rita, anfitriona local de Hostalric, visitar Hostalric es hacer un paseo por la historia. Visítanos y compruébalo in situ!

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